Producir música es algo natural en el ser humano. En concreto, vemos que el niño busca producir todo tipo de sonidos, con sus cuerdas vocales, con la lengua, con sus manos y golpeando todo lo que le rodea.
Desde este impulso natural del niño hasta la música que conocemos, la partitura occidental, que se mueve con unas determinadas reglas y que ha sufrido una evolución a lo largo de los siglos, hay un paso que sólo se puede salvar con una estudiada pedagogía y un profundo conocimiento de cómo funciona la mente de un niño.
Del niño a la partitura y no de la partitura al niño
Hay que tener en cuenta que el niño parte de un lugar desde el que va a viajar hacia el conocimiento de lo que le queremos mostrar. En mi método Tintarantín tengo muy en cuenta cuál es ese lugar desde el que parte y presento la partitura para que él la pueda entender desde el principio, sin muchas explicaciones.
Colores y formas conocidas
Mi método Tintarantín parte de lo que el niño ya conoce: los colores y algunas formas conocidas: un gatito, un rey con corona, una silla, un sol.
El teclado blanco y negro se llena de color con pegatinas. Cada color es una nota de la escala.
Al principio sólo se colocan las pegatinas que el niño va a necesitar por cada partitura. Así le vamos presentando poco a poco cada nota del teclado. ¡Es imposible perderse!
Colocación de la mano
La colocación de la mano sobre el piano también utiliza al principio los dedos más usados por el niño: los dedos índice, con los que se siente cómodo.
Todo el sistema se ha pensado para que el niño no sienta que hay algo difícil. Las partituras están graduadas de forma sutil para que fluyan desde la primera hasta la última sin apenas esfuerzo, incorporando poco a poco todos los dedos de la mano y termine tocando con las dos manos a la vez.
Letras de canciones con sentido
Las letras de las canciones tienen su asociación con las notas. Si canto la sílaba mi, está sonando la nota MI. Esto, que parece una cosa evidente, es la primera vez que se hace en la historia de la pedagogía musical. Los niños asocian las notas con su nombre sin darse cuenta.
La suma de un profesor de calidad y una tecnología avanzada produce la magia en el campo del aprendizaje infantil
Raquel Sánchez Ventero, creadora de TinTaranTin
Esta tecnología es el final de un proceso. Después de veinte años de enseñar a niños pequeños he desarrollado Tintarantín, un software que aumenta la motivación, centra la atención del niño y por tanto mejora su retentiva. El éxito es inevitable.
Un programa informático no puede por sí solo enseñar música. La música es un lenguaje artístico que conlleva también sentimientos y transmite unas emociones. Sólo un profesor capaz y talentoso puede inspirar en el niño este amor por la música. Sin embargo un profesor sin el software Tintarantín tendrá más dificultades a la hora de motivar y conseguir la atención del niño.
Tintarantín es definitivamente un gran apoyo para el profesor y una motivación extra para el alumno.
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